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30 de marzo        ¡¡ Queremos un acuario de medusas !!

Hace un tiempo magnífico lo que ayuda a que la opción de hoy suene bastante entretenida. Aunque hay un parque de Disneylandia en Hong Kong que no es muy caro, después de haber visto el de Orlando y el de Los Ángeles pensamos que será muy parecido y no nos apetece repetir. Preferimos en cambio ir al Ocean Park, una mezcla de parque de atracciones y acuario en unas colinas de la costa.

Las instalaciones están divididas en tres partes uno a cada lado de las montañas y otro justo en la cima, por lo que tienes que coger varias escaleras mecánicas y un teleférico. Habituados a los “colones” de los chinos, ya no nos cortamos un pelo para dar empujones y toques al personal que intenta colarse. En el parque hay montañas rusas y las atracciones típicas, además de un espectáculo en el que puedes dar de comer a las focas y un show de delfines. Sara y Ainhoa se ponen muy nerviosas cuando les decimos que pueden alimentar a las focas y empiezan a dar saltos de felicidad. Les dan unas sardinas y se las lanzan con fuerza a los leones marinos que las esperan con ansiedad al otro lado de la piscina. Ha sido muy emocionante, sobre todo para ellas.

Sin embargo lo mejor del parque son el acuario tropical y el de medusas. El primero es inmenso y muy bien surtido de todo tipo de peces. Se puede ver desde tres pisos subterráneos distintos que bajan en espiral alrededor de la gigantesca pecera. En el nivel superior, ves los peces desde la superficie y en los otros dos vas rodeando viendo una panorámica desde todas las alturas. Hay tiburones, rayas de varios tipos, meros, tortugas, y cualquier pez tropical que puedas imaginar. ¡Es fabuloso!

La exposición de medusas es sensacional. Nos sorprende porque es algo que no habíamos visto antes y la presentación es verdaderamente espectacular. Entras por un pasillo misterioso con decoración de olas de mar. De repente te encuentras dentro de unas salas oscuras con unos acuarios planos gigantes en los que las medusas se mueven como bailarinas escuchando una secreta sinfonía. Las peceras tienen juegos de luces y música envolvente de modo que el agua y las propias medusas cambian de colores constantemente.

 

Comemos el típico tazón de arroz con un poco de pato o de pollo y bajamos a la última parte del parque en teleférico. Una vez allí vamos corriendo a ver a los pandas. Tres de ellos duermen pero hay uno muy despierto comiendo. Son bonitos pero están detrás de una pared de cristal. Dan un poco de penilla ahí encerrados la verdad.

31 de marzo        El Gran Buda de Tian Tang y el Skyscraper Light Show

Los dos planes para hoy son visitar la estatua del gran Buda de Tiang Tang y ver el espectáculo de luces nocturno del skyline de Hong Kong.

El Buda de Tiang Tang se encuentra en unas montañas cercanas al aeropuerto de Hong Kong, que como muchos sabréis, está construido enteramente en una isla artificial sobre el mar, una de las obras de ingeniería más colosales de los últimos tiempos. Verlo desde el teleférico que te lleva a la estatua es impactante, aunque esa calima extraña y gris que hay en el aire no de mucha visibilidad.

La excursión resulta muy entretenida porque pasa por un pueblecito tradicional chino, que aunque un poco turístico, tiene unas calles y puentes muy bonitos con algunas tiendas y restaurantes. La estatua es tan descomunal que se divisa desde muy lejos. Para subir hasta ella hay una escalinata interminable donde nos hacemos fotos junto a unos monjes Saolín que exhiben sus posturas de Kung fu. Podéis verlos en estas fotos.

La plataforma que sujeta la estatua es una enorme terraza desde la que hay unas bonitas vistas. Lástima que en Hong Kong hay casi siempre una neblina que no deja ver el panorama. El pedestal es hueco y tiene tres plantas con exposiciones, museos y un santuario. Frente al Buda hay un monasterio por el que pasean tranquilamente los sacerdotes y los monjes conversan con los turistas en los bancos del jardín. Una visita muy interesante que nos ha sorprendido gratamente, quizá porque tampoco esperábamos gran cosa. Allí Sara se da cuenta de que a algunos bebés les visten sin pañal con pantalones que están abiertos por el trasero y pensamos que debe ser para hacer sus cosas directamente. Por otro lado… ¡les debe entrar un biruji por el culete!

De vuelta al hotel, paramos en el muelle de Kowloon para ver el espectáculo de luz y música del skyline de Hong Kong. El muelle está abarrotado de gente con trípodes y cámaras fotográficas. A las ocho en punto, los rascacielos de la isla de Hong Kong empiezan a iluminarse al ritmo de la música que se oye en toda la bahía. Ya no nos quedan adjetivos para describir lo que vemos, es simplemente alucinante. Imaginaos rascacielos de más de trescientos metros de altura iluminándose de arriba abajo y de izquierda a derecha en multitud de colores diferentes. Intentas imaginar lo que les habrá constado montar este show y los ceros se acumulan en tu mente.

Para culminar, del techo de los rascacielos empiezan a surgir haces de rayos láser que invaden el cielo con mil tonalidades mientras los barcos con las cubiertas llenas de bombillas cruzan el mar frente a nosotros. ¡Inolvidable!

En la misma bahía hay también un paseo precioso con el nombre de “las estrellas” dedicado a los actores y actrices del cine chino, entre ellas una imponente figura en bronce de Buce Lee. Al final resulta que Hong Kong no está tan mal y tenía algunos secretos bien guardados que hemos podido descubrir.

1 de abril        ¡¡ Las visas por fin !! Adiós a Hong Kong desde el Victoria Peak

Hoy por fin recogemos las visas. ¡Qué ganas teníamos! Como queda cerca cogemos el Peak Tram, un funicular que se eleva por una pendiente peligrosamente empinada hasta lo alto del monte Victoria desde donde hay unas amplias vistas de la ciudad. Según llegas arriba sales a un enorme centro comercial con las mismas cadenas de tiendas de siempre y un museo de cera. El edificio tiene una forma extraña, como de quilla de barco sobre unos pilares. ¡Horroroso!

Aparte de las vistas y un antiguo restaurante tradicional aquí no hay mucho más que hacer. Los senderos que rodean la colina comienzan un poco más adelante, pero son caminatas de al menos dos horas y no estamos demasiado animados para andar. Comemos una hamburguesa y de bajada salimos en una parada intermedia del funicular para ver el zoo. Pasamos allí un rato viendo sobre todo lémures y gorilas columpiándose por los árboles. No está mal pero tampoco es muy grande y lo peor es que al estar en la montaña, subes y bajas constantemente.

Luis y las niñas se adelantan al hotel mientras Amaya se queda por las calles cercanas haciendo alguna comprita. Si Puerto Rico estaba plagado de ferreterías y Centroamérica de farmacias en cada esquina, Hong Kong tiene muchísimas tiendas de cosméticos originales y de imitación con muestras de pequeño formato. Todos los tarritos que se dan en las promociones y que no son aptos para venta al público en Europa los tienes aquí. Así que hacemos un pequeño acopio de cremas y perfumes y nos vamos para el hotel.

Por la noche preparamos de nuevo las maletas para mañana partir hacia la India.

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Llegamos al Ocean Park, a ver qué es lo que nos encontramos por aquí. Por lo pronto un enorme toro dorado¿¿??

En otra sala, las medusas están dentro de grandes acuarios de forma cilíndrica rodeados de espejos, lo que te da la sensación de estar en otro mundo, como bajo el mar pero pudiendo respirar. ¡Absolutamente espectacular! En otra sala hay una pantalla que ocupa toda una pared con una proyección de medusas en movimiento de manera que si las tocas, cambian de dirección. Es divertidísimo y las niñas disfrutan un montón. En otra pared, tienes que limpiar la contaminación del fondo del mar, y según pasas la mano, se va limpiando el  fondo y aparece toda la fauna marina del lugar.

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Lo más sorprendente del Ocean Park es, sin duda, su espectacular acuario.
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Pobrecillos, desde luego estarían mejor deambulando por un bosque de bambús.
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Vista aérea del nuevo aeropuerto de Hong Kong, una de las mayores obras de ingeniería del mundo con isla artificial incluida
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El Skyline Lightshow es sin duda un espectáculo que no hay que perderse y quizás lo más impactante que hemos visto en Hong Kong,
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¡¡ Victoria !! ¡¡ Tenemos los visados y nos vamos corriendo para la India !!
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